Antes, cuando leías el periódico, veías muchas letras y pocos números. Las noticias, no sólo en el diario, sino en la radio, la televisión, y cualquier medio, tenían palabras y más palabras. Ahora parecen haber quedado relegadas a un segundo plano, o a un tercero incluso. Ahora prácticamente todo son números, y cuanto más grandes parece que mejor.
Los números son divertidos, sobretodo los que salen en las noticias. Son números que cambian de bolsillo, de cuentas entre países, como de España a Suiza, por ejemplo. Son números viajeros. Hay gente a la que ya le ves cara de número, e incluso de moneda. Por ejemplo a Bárcenas, si te fijas bien, y te imaginas un bigote, parece que sus rasgos dibujen un euro. Es curioso.
Luego hay números que parecen una cosa y son otras. Por ejemplo en los famosos papeles de Bárcenas, parece que pone Aznar, pero pone otra cosa. O parece que pone Rajoi y pone otra cosa. O parece que pone Cospedal, y pone otra cosa. Hay que ver, estos números noticieros, cambiantes y viajeros. Y luego están esos que son más y parecen menos. Por ejemplo, empiezan diciendo veinticinco, y lo continúan con millones, parece que dicen miles, y luego dicen de millones.