jueves, 25 de octubre de 2012

Qué cara es Internet en Burgos

De lo que se está hablando últimamente sobre la factura de datos pagada por el Ayuntamiento de Burgos, por el uso supuestamente fraudulento del concejal de Nuevas Tecnologías, Eduardo Villanueva. Ha sido una factura de alrededor de 200.000 euros, en 221GB de descarga, con una tarjeta de datos de tarifa plana. Los hechos ocurrieron entre Abril y Mayo de 2011.

La compañía de telefonía sostiene que la tarjeta -de la que se tenían un total de tres copias- no podía utilizarse en otro terminal que el contratado, y sin embargo se utilizó en el ordenador personal del edil, por lo que la tarifa plana quedaba anulada, y por lo tanto se le tarificó cada dato aparte. Que digo yo, ¿por qué simplemente la compañía no anula su uso si no se cumple el contrato? No, claro, eso no es comercial. Así pueden embolsarse tamañas cantidades, pero ese no es el asunto ahora.

La cuestión es, ¿qué diablos se bajó el edil para llegar a los 221GB de información? Suponiendo que te descargues una película a alta definición, eso no es más de giga y pico. Ponle dos gigas, lo cual no hace más de 60GB al mes. Yo creo que es eso lo que precisamente debería investigarse, y sin embargo es algo que no aparece en ningún medio. Y eso que aún no se ha declarado ningún secreto de sumario.

Creo que deberíamos hacer la siguiente reflexión: si ha sucedido en Burgos, ¿no debería investigarse el uso que se está haciendo de los datos en el resto de ayuntamientos españoles?¿Cuál es el gasto medio actual?¿Cuál debería ser el gasto normal?¿Qué otros ayuntamientos pueden estar superándolo?


Después de que el edil protestara ante la compañía, esta descontó 128.000 euros de la factura. ¿Por qué? Teniendo en cuenta que la compañía se reafirma en el hecho de que la factura es correcta, ¿por qué descuenta casi veintidós millones de las antiguas pesetas tras la queja del edil? Este asunto cada vez huele peor. Cuanta más información recabo, más me doy cuenta de que algo pasa.

El partido del edil, el PP, se pronuncia

Hoy, 25 de Octubre, es cuando el PP, partido al que pertenece el concejal, se pronuncia. Lo hace desvinculándose del edil, tachando su conducta de "reprochable y desviada", y anunciando una posible expulsión del partido. Eso implica que el PP ha hecho sus deberes, que ha realizado una investigación, y esta da qué pensar sobre el consumo de datos. ¿Qué se ha bajado este hombre?¿Porno?

Sin embargo no sueltan prenda, al menos de momento. Ni siquiera para apaciguar los ánimos de los ciudadanos de Burgos, o el morbo del resto de la ciudadanía de España. Esto me suena a que si quisiera tapar, como taparía El Vaticano una actitud pederasta, descubierta por su servicio de inteligencia, de algún obispo de su institución.

La imagen del partido

El PP está aprendiendo a quitarse de encima ciertos marrones, sobretodo los que pueden perjudicar a su imagen. Ya podrían haberlo hecho con casos como el de los trajes de Camps, entre otros. Aunque supongo que más vale tarde que nunca.

España entera, o casi entera, ya se ha dado cuenta de lo que cuelga de las faldas de Rajoi, de la gente de la que se rodea. No nos engañan a estas alturas.

El Plan Montoro

El caso se produjo únicamente entre los meses de Abril y Mayo de 2011, después cesó. El edil arregló supuestamente el problema, pero la factura pasó a quedar en el ámbito del Plan Montoro. Pero, ¿qué es el Plan Montoro?

El Plan Montoro no es más que el famoso plan de pago a proveedores, ese que en Baleares aún no se ha aplicado con las constructoras de obra pública -al menos parcialmente-, y por el que cuyo incumplimiento hoy han parado todas las farmacias de Cataluña en protesta por los cien millones de euros que se les debe. Sin embargo esta factura, de la cual aún la compañía que servía esos datos no ha devuelto esos 128.000 euros que prometió devolver, sí entró directamente bajo su auspicio.

Esto es un motivo más para sospechar. Lo único que significa, y es fácil de ver, es que el gobierno, o al menos Hacienda -que cada vez estoy más seguro de que NO somos todos-, ya tenían constancia. A día de hoy ya hace más de un año. Da qué pensar.

Uso personal de los recursos

Estoy un poco cansado de enterarme de cosas como que tal ministra utiliza el coche oficial -chófer y escolta incluídos- para ir a la peluquería. O que tal o cual alcalde, ministro, diputado, lo que sea, recibe tales regalos -llámense trajes, favores, o cualquier otro elemento prevaricador-, y ahora este concejal utilizando su ordenador personal.

Él dice que cambiaba la tarjeta de datos cada vez que iba a utilizar su ordenador de forma particular. ¿No se le habrá olvidado cambiar la tarjeta en algún momento? Ojo, no digo que se le olvidara voluntariamente, aunque sí en un cierto tono irónico. Esa tarjeta la pago yo, en última instancia, y en primera los ciudadanos burgaleses. Ya está bien.

Toda esta historia huele a pies, de gato, y por el tufo no creo que sean sólo tres.

6BXJXPYRFXBS

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